El ser humano desde que tiene uso de
razón ha tenido libertad para expresar lo que piensa y lo que siente, es por
eso que, la libertad de expresarse es un derecho básico que posee todo ser
humano al momento mismo en que nace del vientre de su madre, por ende, el derecho a la libre expresión es uno de los
más fundamentales, ya que es esencial para la lucha, el respeto y la promoción
de todos los derechos humanos. Es lo
más importante en la existencia de una sociedad democrática, ya que permite
que una persona o varias personas puedan acceder, entender y dar su punto de
vista sobre determinado tema sin temor a ningún tipo de restricción. En este
sentido el opinar libremente no significa decir lo primero que viene a la
mente, ya que si se lo hace, se estaría hablando de una especie de libertinaje,
el cual no ayuda en nada, más bien destruye.
En este sentido el papel que juegan los
periodistas a la hora de contar un hecho, de informar a la sociedad es
elemental, ya que de ellos depende el nacimiento de miles y millones de
opiniones en torno a un tema y si la información dada a conocer carece de
contrastación, veracidad, donde la tergiversación es una constante se estaría
hablando de una libertad de expresión maquillada, mal fundamentada, en la cual
la opinión de la audiencia sería la opinión del periodista, porque si el
periodista no quería que la gente piense igual que él no habría la necesidad de
tergiversar y manipular la información.
Es por eso
que, es posible afirmar que una sociedad que no está bien informada, no es
plenamente libre. Sin la
habilidad de estar bien informado el sujeto no está en capacidad de opinar
libremente, de denunciar injusticias y clamar cambios, simplemente el hombre
está condenado a la opresión, a una esclavitud que no se ve pero se palpa; es por
ello que, el derecho a la libre expresión es uno de los más amenazados, tanto
por gobiernos sumisos que no les importa la necesidad de sus gobernados,
dejando a un lado propuestas de cambio, y por individuos que quieren seguir
lucrando del trabajo de otros, callando a los demás.
Todos estamos obligados a luchar para que
la libertad de expresión no muera, ya que si ella desaparece nuestras ideas y
opiniones serian escuchadas únicamente por el frío y obscuro silencio de la desesperación
y la impotencia, a demás que todos estaríamos supeditados a la voluntad de
aquellos que pisoteando buscan solo su bienestar.
Finalmente solo me queda decir que; para
que respeten nuestra libertad debemos primero aprehender a respetar la libertad
de los demás.
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